Recuperación de paneras para actividades en la naturaleza al cobijo de las paneras.
Durante años las
paneras han servido de refugio ante animales y las inclemencias del tiempo así
como almacén para grano y paja destinado al ganado; estos eran los usos para
los que eran utilizadas las tradicionales paneras que siembran los campos
charros salmantinos. Estas edificaciones han sido utilizadas durante años por
los pastores y mayorales que cuidaban de las fincas y el ganado. Pese a ser uno
de los elementos arquitectónicos más importantes de la cultura tradicional, con
los años han dejado de tener este uso pasado a ser un edificio de los
recuerdos.
Nos encontramos en
la finca de ``El villar de los Álamos´´, situada en Aldehuela de la Bóveda, a
20 kilómetros de la capital salmantina donde se encuentra un claro ejemplo del
aprovechamiento de estos edificios emblemáticos, principales protagonistas en
las labores del campo y ganadería salmantina.
Un servicio de calidad
Guillermo Marín ha
ido poco a poco dando forma a su proyecto hasta convertirlo en un lugar de
celebraciones donde la calidad prima en todas sus actividades. La gama de
servicios se ha ido ampliando, ya no solamente a las actividades de ocio en la
naturaleza relacionadas con el toro bravo, como faenas de acoso y derribo, la
vista a la camada d toros, tentadores a campo abierto o en plazas, observar las
distintas etapas de la crianza de toros en vehículos 4x4 o contemplar las
labores propias del campo. Ahora, atienden gracias a las nuevas instalaciones,
congresos, incentivos de empresa, reuniones privadas, presentaciones de
empresas, bodas…
Pero Guillermo
Marín destaca dos cosas sobre todos ellos. Por un lado la gratificación
personal de poder mostrar a la gente un lugar tan propio como el campo charro,
en el que siempre ha vivido y que a la vez disfruten de toda la finca y sus
instalaciones.
Se enorgullece de
haber creado un espacio muy especial, diferente, el lugar donde está situado y
las visitas que tiene y sobre todo, donde transmite este cuando el cliente está
en él, por lo que se ve, lo que se respira y por las sensación de espacio que
desprenden sus terrazas y rincones.
Unos toros legendarios
Pero la pasión por
el campo y por los toros no es algo casual en la vida de Guillermo Marín. Desde
pequeños se ha criado en el campo, en contacto directo con los toros y
ganaderías cuidadas y criadas por varias generaciones anterioes a él. Su
experiencia en la hostelería se ha complementado con el arte del toro,
liderando a los toros Sánchez-Tabernero aprendió las artes de la muleta y el
estoque
De esta manera, en
la finca de ‘Él villar de los Álamos´´, uno de los enclaves señeros e
históricos de la ruta del toro salmantina, se alimenta y disfruta del campo la
legendaria ganadería de Mercedes Pérez-Tabernero. Unas seiscientas cabezas
de ganado, repartidas por entre las seiscientas
hectáreas de terreno, que permiten a este joven emprendedores favorecer la
preservación y valorización del ecosistema de la dehesa salmantina del campo
charro, ya que todas las actividades se realizan respetando el medio ambiente y
el entorno rural.
De esta manera, en la finca de ‘Él villar de los Álamos´´, uno de los enclaves señeros e históricos de la ruta del toro salmantina, se alimenta y disfruta del campo la legendaria ganadería de Mercedes Pérez-Tabernero. Unas seiscientas cabezas de ganado, repartidas por entre las seiscientas hectáreas de terreno, que permiten a este joven emprendedores favorecer la preservación y valorización del ecosistema de la dehesa salmantina del campo charro, ya que todas las actividades se realizan respetando el medio ambiente y el entorno rural.
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