Aprovechando
un acto institucional celebrado en el edificio antiguo de la Universidad de
Salamanca pudimos hablar con Silvia Clemente.
La
actual presidenta de las Cortes de Castilla y León en 1999 fue nombrada
Directora General de Calidad Ambiental de la Consejería de Medio Ambiente y el
19 de mayo de 2001 el Presidente de la Junta de Castilla y León le encomienda
la máxima responsabilidad de este departamento como Consejera de Medio Ambiente
de la Junta de Castilla y León, abordando en esta etapa actuaciones en relación
con el ciclo del agua, la gestión de los residuos, los espacios naturales y la
gestión forestal así como en educación ambienta....
Que
mejor que ella para seguir investigando como se ha transformado el
medio rural salmantino tras la integración en la UE.
Entrevista Completa:
PREGUNTAS
A LA PRESIDENTA DE LAS CORTES DE CASTILLA Y LEÓN POR
ALUMNOS
DEL COLEGIO MONTESSORI DE SALAMANCA.
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¿Podría hacer una
valoración sobre los 30 años de España en la Unión Europea?
El 1 de enero de enero de 1986 España
comenzó a formar parte de la Comunidad Económica Europea (CEE), la actual Unión
Europea. La entrada de España junto con Portugal significó la tercera ampliación de la Unión Europea que pasó de 10 a 12 socios.
España siempre ha
sido parte de Europa por su historia y su cultura, y sobre esta base se asienta
nuestra vocación europeísta. Por ello creo que la adhesión de España a la Unión
Europea representó el reconocimiento de esa realidad y la voluntad inequívoca
de nuestro país de querer ser parte esencial de la definición y del futuro del
proyecto europeo.
En aquel momento
todas las fuerzas políticas y sociales estuvieron de acuerdo en que el futuro
de España pasaba por Europa y que la Unión Europea nos ayudaría en el
desarrollo y la modernización de nuestro país.
Posteriormente, la
decisión de España de formar parte de la moneda única desde sus inicios
ratificó la voluntad española de participar, con todas sus consecuencias y con
toda su profundidad, en un futuro europeo común.
Por ello, unanimidad, europeísmo y modernización
son palabras claves que resumen estos 30 años de España a la Unión Europea.
A la hora de
valorar estas tres décadas de España como miembro de la Unión Europa, hay que
destacar que el balance es en general muy positivo puesto que nos ha permitido
impulsar en nuestro país grandes reformas que han contribuido a la prosperidad
y bienestar de la sociedad española, y obtener el apoyo financiero y los
recursos necesarios para mejorar las infraestructuras, modernizar la economía e
impulsar el desarrollo de todas las Comunidades Autónomas, entre ellas Castilla
y León.
Los fondos
procedentes de Europa han permitido que Castilla y León haya podido alcanzar situaciones económica
y sociales a la altura del resto de Europa, mejorando las infraestructuras,
conservando el medio ambiente, fomentando el empleo, manteniendo la renta a los
agricultores y ganaderos, que son de vital importancia para el desarrollo
económico y social de Castilla y León y de sus habitantes.
Pero además y más
allá de la modernización de nuestro país, hay que señalar que en estos 30 años
España ha experimentado una gran transformación política, social y cultural que
tiene como resultado un Estado más democrático en materia de libertades,
igualdad y solidaridad, con unas instituciones más sólidas y más abierto al
mundo.
¿Cómo ha
contribuido la entrada de España en la Unión Europea?
Creo
que Europa ha sido una oportunidad para España, pero también que España ha sido
un activo muy significativo para la Unión Europea, puesto que ha aportado un mercado
muy importante formado por más de 46
millones de personas, y una visión distinta sobre los problemas y las necesidades
de Europa, y que han dado paso a políticas orientadas a reforzar la cohesión
social y territorial entre las diferentes regiones de la UE.
Además,
la vocación europeísta de los gobiernos y de la sociedad española se ha visto
reflejada tanto en la calidad que los profesionales que se fueron incorporando
a las instituciones comunitarias, y que a lo largo de estos años han
contribuido a los debates y el diseño de las políticas europeas, como también
en el apoyo de la opinión pública que mayoritariamente ha considerado a la
Unión Europea como un factor positivo para España.
¿En qué consiste
la política de desarrollo rural?
Es
importante hacer una pequeña reflexión sobre la evolución de la política de
desarrollo rural de la UE, que ha pasado de ser, en sus inicios, una política
centrada en los problemas estructurales del sector agrícola hasta convertirse
en una política que aborda las múltiples facetas de desarrollo y de
diversificación de actividades que afectan al medio rural.
Desde
su creación en 1962, la Política Agraria Común (PAC) ha sido el marco de
regulación de un sector fundamental en la economía europea, como es el sector
agrario. Si esta política nació con el objetivo de proporcionar alimentos a los
ciudadanos de la Unión Europea y facilitar un nivel de vida equitativo a los
agricultores, en su última reforma, la Unión Europea estableció que la PAC
debía orientarse a poner el acento en la producción, fomentar la
competitividad, el respeto al medio ambiente y el desarrollo del medio rural.
En una Comunidad
como Castilla y León el desarrollo rural tiene que ser un eje transversal de
toda la política que se desarrolle en nuestra Comunidad Autónoma; nada de lo
que se haga, ninguna de nuestras preocupaciones, puede ser ajena al desarrollo
rural.
Castilla y
León es la región más extensa de España, y la tercera de toda la Unión Europea
de las 272 regiones que en la actualidad hay en la UE-28; pero, con 2,5
millones de habitantes, tiene una densidad de población cuatro veces más baja
que la media de España y que la de esa misma UE-28.
Por eso en
Castilla y León todas las políticas, y singularmente las de creación de empleo,
de prestación de servicios básicos, de infraestructuras de comunicación o de
preservación de los recursos naturales, deben planificarse y desarrollarse con
una atención muy especial en el medio rural.
¿Cómo ve el futuro
del sector primario en Castilla y León?
El sector PRIMARIO
de Castilla y León es la base de la
riqueza de la economía de Castilla y León, por su incidencia en la creación
de empleo y en la fijación de población en las zonas rurales.
La agricultura y la ganadería de Castilla y León, y su
vinculación al sector agroalimentario vienen a representar el 11% del Producto Interior Bruto regional,
y dan empleo a cerca de 100.000
personas.
Más allá de las cifras socio económicas, el sector agrario de Castilla y León destaca por ser principal productor de
muchos de los cultivos y producciones ganaderas, más importantes a nivel de
España.
En cuanto a la industria
agroalimentaria, esta cobra especial relevancia, tanto desde el punto de
vista de su capacidad para generar actividad y crear empleo en las zonas
rurales, como por constituir la vía principal para dotar de valor añadido a las
producciones primarias de la Comunidad.
La industria
agroalimentaria es la principal actividad del sector industrial Castilla y
León, y engloba a 3.073 empresas
cuya cifra de negocios alcanza en
torno a los 10.000 millones de euros
Además en Castilla y León existen 61 figuras agroalimentarias de calidad diferenciada donde están representados
todos los sectores agroalimentarios (carnes frescas, embutidos, vinos, quesos,
legumbres, frutas y hortalizas, dulces…), lo que nos sitúa como referente a nivel nacional; y por delante de 13 países de la UE 28
con más productos protegidos que muchos países europeos.
A partir de aquí, impulsar el crecimiento del sector
agrario y agroalimentario en esta Comunidad requiere desarrollar actuaciones
que contribuyan a la mejora de su competitividad.
En este sentido, el apoyo financiero de la UE nos ha
permitido avanzar en la mejora y modernización de los regadíos, en favorecer la
incorporación de jóvenes a este sector, en mejorar la competitividad de las
industrias agroalimentarias, así como en la creación de marcas de calidad para
nuestros productos.
Para
seguir avanzando en esta dirección, Castilla y León cuenta con la Ley Agraria de Castilla y León que fue
aprobada por las Cortes de Castilla y León el 12 de marzo de 2014, con el
consenso de todos los grupos políticos y de las Organizaciones Profesionales
Agrarias y de las Cooperativas.
El futuro de Castilla y León pasa por el campo y el
desarrollo del medio rural
y esta Ley Agraria de Castilla y León es la que va a permitir, seguir avanzando
en el crecimiento y en la mayor competitividad del sector agrario de Castilla y
León y sobre la que se tiene que cimentar el futuro de este sector.
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